jueves, 31 de julio de 2008
qué somos.
- aforismo de Antonio Porchia.
* me olvidé de quién es la foto otra vez, volví a no guardarla con el nombre de su fotógrafo. perdón!
miércoles, 30 de julio de 2008
no sé a uds. pero a mí me dan ganas de soplarlo...
Flor y cronopio
Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz. La flor piensa: «Es como una flor».
- texto de "Sus historias naturales", del libro Historia de Cronopios y de famas, de Julio Cortázar.-
martes, 29 de julio de 2008
··los unos y los otros··
Recuerdo estar viendo esta película detrás de mis papás, circa 1986/7. Detrás porque probablemente me habían mandado a dormir y no hacía caso.
Jamás voy a olvidar la fascinación que me produjo verlo a Donn* moverse como una serpiente encantada. Originariamente, el Bolero de Ravel fue compuesto para ser bailado por una mujer. Y Donn, mi Dios! esa armonía, la fragilidad, parece desprenderse de toda miseria humana, y se eleva.
Sigo temblando como aquella vez que tenía 5 o 6 años. Se me ponen los pies en empeine automáticamente.
Lo de Lelouch, sin dudas: increíble. Y también lo de Maurice Béjart.
Por eso, por la emoción, quería compartir la escena final de "Les uns et les autres", de Claude Lelouch.
Jamás voy a olvidar la fascinación que me produjo verlo a Donn* moverse como una serpiente encantada. Originariamente, el Bolero de Ravel fue compuesto para ser bailado por una mujer. Y Donn, mi Dios! esa armonía, la fragilidad, parece desprenderse de toda miseria humana, y se eleva.
Sigo temblando como aquella vez que tenía 5 o 6 años. Se me ponen los pies en empeine automáticamente.
Lo de Lelouch, sin dudas: increíble. Y también lo de Maurice Béjart.
Por eso, por la emoción, quería compartir la escena final de "Les uns et les autres", de Claude Lelouch.
* Jorge Donn, bailarín argentino.
cabezas y corazones
- del poema "Aquí estamos", de Vicente Huidobro. recomiendo leer completo el poema, es muy bello, para hacerlo deben cliquear en el nombre del mismo.
* la foto no me puedo acordar de quién era. puede llegar a ser de Ferdinando Scianna, pero no estoy segura. prometo buscarlo.
sábado, 12 de julio de 2008
jueves, 3 de julio de 2008
las palabras como agujas
Me inquieta al dormirme
la posibilidad de no encontrarme al despertar.
pero me inquieta más todavía
la posibilidad de no encontrarte.
Me inquieta al dormirme
la posibilidad de que nos sustituyan
mientras duermo.
Pero me inquieta más aún la posibilidad
de no reconocernos cuando despierte.
Me inquieta al dormirme
la posibilidad de que al despertar
nada corresponda con nada,
ni siquiera tú conmigo.
Pero me inquieta más todavía
la posibilidad de que a ambos nos borren el pasado
y tú y yo no hayamos existido nunca.
la posibilidad de no encontrarme al despertar.
pero me inquieta más todavía
la posibilidad de no encontrarte.
Me inquieta al dormirme
la posibilidad de que nos sustituyan
mientras duermo.
Pero me inquieta más aún la posibilidad
de no reconocernos cuando despierte.
Me inquieta al dormirme
la posibilidad de que al despertar
nada corresponda con nada,
ni siquiera tú conmigo.
Pero me inquieta más todavía
la posibilidad de que a ambos nos borren el pasado
y tú y yo no hayamos existido nunca.
- poema de Roberto Juarroz.
* foto de Henri Cartier-Bresson.
** revisando un poco el archivo de entradas del blog me encontré que siempre había permanecido como borrador mi poema preferido de Don Roberto. (el borrador es de mayo del 2005!)
lo conocí a través de Porchia, Antonio Porchia, un argentino que se destacó por sus "Voces".
Porchia era muy amigo de Roberto. ahora que lo pienso, nunca subí algo de Antonio. estoy en deuda, seguramente será lo próximo.
miércoles, 2 de julio de 2008
sólo de niños...
Ya sospechaba, de niño, que ponerle nombre a una cosa era apropiármela. No bastaba eso, necesité siempre cambiar periódicamente los nombres de quienes me rodeaban, porque así rechazaba el conformismo, la lenta sustitución de un ser por un nombre. Un día empezaba a sentir que ya el nombre no andaba bien, no era la cosa mentada. La cosa estaba ahí, nueva y brillante, pero el nombre se había gastado como un traje. Al darle entonces una nueva denominación, me probaba oscuramente que lo importante era lo otro, esa razón para mi nombre. Y durante semanas la cosa o el animal o la persona se me aparecían hermosísimos bajo la luz de su nuevo signo.
A un gato que quise tanto lo seguí con cuatro nombres por su breve vida (se envenenó con el cianuro que abuela ponía en los hormigueros); uno era el común, el que le daban todos, y los otros secretos, para el diálogo a solas. A un perro que el clan llamaba Míster yo le llamé Mistirto, y era importante porque entonces había leído Nostradamus de Michel Zévaco y el personaje de Myrtô me rondaba. Así pude objetivarlo mágicamente, y Mistirto era mucho más que un perro.
Y vos has de acordarte, lejanísima, del hermoso animal de blanca piel que encontré para llamarte, y que te gustaba imitar con la caricia, con el recato, con el claro impudor.
- texto de Julio Cortázar, extraído del "Diario de Andrés Fava".
* foto de Robert Doisneau.-
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