"Y pensábamos en esa cosa increíble que habíamos leído, que un pez solo en su pecera se entristece y entonces basta ponerle un espejo y el pez vuelve a estar contento..."
- dibujo de Daniel Egneus.-
- texto extraído del capítulo 8 de Rayuela, Julio Cortázar.-
7 comentarios:
Pensaba yo, quizás estaría bueno también desarrollar algún sistema para que el agua vibre suavemente, como si otro pez efectivamente navegara cerca de él.
O tal vez mejor conseguirle compañeritos, no?
En fin. Si fuese cuestión de espejos para estar más contento, eso nos indicaría que nuestros rostros son de chiste. (Shhh ese es mi caso)
Será esa la diferencia entre hombres y peces, entonces? Yo no puedo evitar plaidecer cada vez que miro un espejo.
ojalá que el pececito no muera de miedo al encontrarse consigo mismo, con una realidad INVERTIDA!
colores y alas para vos alice... algún día nos juntaremos para sacarle música a las pezuñas que me prestaste
me gusta mucho tu blog. Esa fusión que lográs entre imágen y texto está buenísima!
alguien lo dijo, los espejos son abominables. pero es cierto, quizás si uno se mira, a veces sucede que se encuentra con uno. a mi los espejos no me molestan, pero las vidrieras me hacen sentir en una pecera, atrapada de un lado que no quiero estar.
se agradecen los elogios, y manifiesto bienvenidas...
besos...
El dibujo se parece un poco a mi pescado rabioso, no?
Besos, y me gusta mucho leerte!!!
hasta que se vuelva pecera de tanto mirarse y nade al otro lado, transparente.
pd: me caigo sentado el día que vea a un pescado contento.
pd2: que nadie me corrija lo de pez y pescado.
pd3: listo.
Publicar un comentario