domingo, 18 de septiembre de 2005

Pena chiquita. Pena enorme.

A veces
hasta me da vergüenza de llorar,
pensando en lo pequeña que es mi pena
ante la enorme pena universal.

¿Qué es mi dolor de triste yiradora
ante el de aquellos que no tienen pan?
-Lugar común, cursilería, pero
realidad, dolorosa realidad-.

Quiero ser fuerte sin claudicaciones,
-bien sé que es vana mi lamentación-,
alzo la voz para cantar y quiebran
los sollozos de mi voz.



poema de Clara Beter.-
foto de Sebastiao Salgado.-

2 comentarios:

Pariz dijo...

No debe subestimarse ninguna pena. Sólo quién la percibe puede mensurarla. Sin embargo, es verdad que tampoco hay que sobrevalorarla. Sería una falta de respeto a todo lo bueno que tenemos.

Anónimo dijo...

Pero nuestras penas sí que son grandes, eh?

Un beso enogme.

Fran