viernes, 26 de mayo de 2006

Burdel acuático.








Perdí mi juventud en los burdeles
pero no te he perdido
ni un instante, mi bestia,
máquina del placer, mi pobre novia
reventada en el baile.

Me acostaba contigo,
mordía tus pezones furibundo,
me ahogaba en tu perfume cada noche,
y al alba te miraba
dormida en la marea de la alcoba,
dura como una roca en la tormenta.

Pasábamos por ti como las olas
todos los que te amábamos. Dormíamos
con tu cuerpo sagrado.
Salíamos de ti paridos nuevamente
por el placer, al mundo.

Perdí mi juventud en los burdeles,
pero daría mi alma
por besarte a la luz de los espejos
de aquel salón, sepulcro de la carne,
el cigarro y el vino.
Allí, bella entre todas,
reinabas para mí sobre las nubes
de la miseria.










- un par de versos del poema de Gonzalo Rojas (poeta chileno) "Perdí mi juventud".
la bellísima foto es de Henri Cartier-Bresson.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desgajo
destierro
desmonto
descuartizo la perdida
la juventud como cerezas
racimos de uvas
mordiscones en pétalos
y ostras de perlas de conchas abiertas
y bocas manchadas del sabor
tan rojo como luces
de burdeles y camas publicas
de bajezas el olor
la crema batida tan dulce
tan rancia
y sudor de las noches
compartidas de esta juventud
que se niega a morir.

Desmiento
destituyo
distorsiono
a la venus incierta
inmaculada de Botticelli
la prefiero temblorosa de vientre
engrasada y sucia de los miedos
los días y las puertas
de todas las habitaciones del placer
todas las facetas del grito
y todas las posiciones
alocadamente carnales
que el tiempo nos deja bailar.

Sin morir y muriendo
de juventud
tan encarnados tan violentos
nos vamos al pasto de los sueños
a descansar tanta alegría
tanta entraña y mezcla de dueños
confusiones de piernas
y uñas
espaldas y abrazos
de ojos olvidados en la lucha
cercana de todos nuestros cuerpos.

crub dijo...

Bueno, después del comentario de arriba, mejor ni hablo!
Besos, hermoso post y excelente lo de Ary.

laura dijo...

bello poema, muy.
gracias tantas para tí, Ary.

Y Crub, acá lo que menos puede hacer, es callarse. Vuele, y no se silencie nunca.


besos para ambos