viernes, 7 de abril de 2006

Rajá, turrito, rajá.








"De pronto, Luciana tomóse del brazo de Erdosain y le dijo con voz muy suave:
-¡Te quiero, te quiero mucho!
Erdosain la miró irónicamente, su pena se había transfigurado en crueldad. La miró:
-Ya lo sé.
-Te quiero tanto, que para serte agradable me he estudiado como es un alto horno y el transformador de Bessemer. ¿Querés que te diga lo que son los atalajes y cómo funciona la refrigeración?
Erdosain la envolvió en una mirada fría, pensando: "esta mujer está mal".
Ella continuó:
-Siempre pensaba en vos. ¿Querés que te explique el análisis de los aceros y cómo se funde el cobre, mirá, y el lavado del oro y lo que son las muflas? (...)
Erdosain la miró de pies a cabeza, apretó el brazo de la muchacha y dijo sordamente:
- No me interesás.
Luego le volvió la espalda, y antes de que ella atinara a volverse hacia él, a rápido paso se perdió entre la neblina.
Comprendía que gratuitamente había ultrajado a la muchacha, y esta convicción le proporcionó una alegría tan cruel, que murmuró entre dientes:
-Ojalá revienten todos y me dejen tranquilo."








- fotomontaje de Grete Stern.
- el texto es de Roberto Arlt, en "Los 7 locos".-


* Dedicado a P. simplemente tan Remo (y Horacio).-

4 comentarios:

Pariz dijo...

Ese "revienten todos" seguramente lo incluye a él.

Anónimo dijo...

y suele pasar...

laura dijo...

en las mejores familias.


todo lo malo pasa también en las mejores familias. es un gran consuelo para las pobres o las de media.

Anónimo dijo...

Desdicha de muchos, consuelo de tontos...