La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
Jaime Sabines.-
3 comentarios:
Pocas cosas tan poéticas como la luna. Pues sin lugar a dudas alumbrado por su blanquecina luz el rostro amado se torna más bello tanto como el más bello de los paisajes se impregna de algo fantasmal.
Que linda poesía, y hermosa foto!
Un placer éste blog, como siempre
C'era una volta un uomo
Con gli occhi verso la luna
E si chiedeva:
"Verrà presto l'amore?"
E che altro esiste
In un cuore gelato?
Tranne il pensiero
Di un assassinio molto silenzioso
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